El primer semestre del 2026 en Argentina, entre el calor extremo, la Niña débil y un otoño con sorpresas

Proyecciones climáticas para Argentina anticipan para el primer semestre del 2026 altas temperaturas, lluvias extremas e irrupciones tempranas de aire polar en algunas regiones.

Un informe elaborado por el especialista en agroclimatología, Ing. Agr. Eduardo M. Sierra, anticipa que el verano y el otoño del 2026 se desarrollarán bajo un escenario climático atípico: un período de transición entre La Niña Débil, el retorno a un estado Neutral Perfecto y luego una evolución hacia un Neutral Cálido, con efectos contradictorios para las principales regiones productivas del país.

Según el informe, el verano 2026 comenzará con señales de continuidad del calor extremo y la falta de lluvias que ya desde fines de la primavera afectarían a gran parte del área agrícola de Argentina y países limítrofes como Uruguay y el sur de Brasil. Este patrón podría generar estrés en cultivos y pasturas, además de elevar el riesgo de incendios.

A contracara, el mismo período proyecta un escenario de excesos hídricos importantes para el norte del NOA, el oeste del Chaco, Paraguay, el norte de la Mesopotamia y el sur de Brasil; mientras que zonas como el sur de Cuyo y el oeste de la Región Pampeana registrarían lluvias por debajo de lo normal.

Un otoño con doble personalidad

A partir de marzo, el país ingresaría en un otoño con características contrastadas. Mientras el clima evoluciona hacia un estado “neutral cálido”, los vientos polares se activarían de forma temprana, provocando irrupciones frías que generarían tormentas cordilleranas, descenso de temperaturas y heladas anticipadas. Este fenómeno se ubicaría principalmente sobre el oeste del NOA, Cuyo y gran parte de la Región Pampeana, configurando una franja seca diagonal.

En paralelo, una circulación tropical persistente mantendría condiciones cálidas y húmedas en el este del NOA, Paraguay, el Chaco, la Mesopotamia, el sur de Brasil y Uruguay, con abundante precipitación y un riesgo sostenido de tormentas severas.

El potencial no está en duda, pero el riesgo tampoco

Sierra concluye que la campaña agrícola 2025/2026 conserva un excelente potencial productivo, aunque advierte que sería imprudente desestimar los riesgos climáticos que podrían surgir en los próximos meses. Heladas, sequías regionales, tormentas intensas y calor extremo podrían combinarse en un escenario que exige planificación, manejo estratégico y monitoreo permanente.

El verano y el otoño 2026 asoman, de este modo, como una etapa desafiante, atravesada por señales mixtas y un clima dispuesto a mover las piezas de un tablero agrícola históricamente sensible.

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