Granos: en Argentina cuesta más producir que en los países competidores

Los costos en dólares de producir granos son más altos en Argentina que en los países competidores de la región y del Hemisferio Norte. Aunque en la mayoría de los 13 rubros relevados, las brechas de precios respecto del promedio no son tan grandes. Así lo relevó un estudio realizado por el Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea.

Con el objetivo de analizar el costo de producir granos, el Ieral comparó precios de insumos y equipos agropecuarios en Argentina, frente a los de otros países relevantes de la región y del Hemisferio Norte.

Se trata de una dimensión poco explorada en los análisis habituales sobre competitividad agropecuaria, ya que lo más frecuente es medir la competitividad del sector desde el lado de los ingresos (comparar precios internos de los granos, tipos de cambio efectivos). Desde este punto de vista, las desventajas en la comparación internacional son claras porque ninguno de los competidores castiga la exportación de granos y derivados con retenciones.

Sin embargo, “poco se conoce”, señala el Ieral, acerca de cómo se posiciona la Argentina en materia de costos. Franco Artusso y Tobías Lucero, los autores del estudio, explicaron que la información sobre este frente es escasa, en parte por los desafíos que implica su relevamiento. En primer lugar, porque no existen bases de datos secundarias estandarizadas que permitan acceder de forma directa y sistemática a los precios de similares productos en distintos países, lo que obliga a recurrir a fuentes de información primarias y estrategias de relevamiento específicas, de tipo caso por caso. En segundo lugar, porque los insumos agrícolas dependen de una cantidad diversa de factores (calidad y composición de los suelos, clima y tipos de cultivos predominantes, tecnología aplicada en los establecimientos, presencia de plagas específicas, regulaciones sobre el uso de determinados productos-, infraestructura y logística disponible para la distribución, etc.), que pueden ser significativamente distintos en cada país, lo que dificulta la elección de productos homogéneos para incluir en la comparación.

También alertan por ciertas limitaciones en las conclusiones a las que se puede arriba. Es que, si no se conocen las tecnologías específicas de cada país, la información obtenida puede ser insuficiente como para inferir linealmente el nivel de los costos a los que producen cada uno de ellos. “Un fertilizante puede ser utilizado y costar lo mismo en dos mercados (Brasil y Argentina), pero ello no implica necesariamente que costará lo mismo fertilizar los cultivos en estos dos países, dado que factores como la composición de los suelos y el clima de cada país influirán en las dosis efectivas de fertilizante (cantidad de litros o de kilos por hectárea) que son necesarias para lograr rendimientos similares en un determinado cultivo (toneladas de grano por hectárea)”, ejemplificaron.

A pesar de estas complejidades, el Ieral logró relevar precios en mayo para cinco países: Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos. El estudio abarca un total de trece bienes y servicios, clasificados en seis grupos: fertilizantes, herbicidas, fungicidas, transporte de carga, combustible y maquinaria.

Precio por precio

En términos generales, los resultados muestran que Argentina es más cara en dólares que los otros países en la mayoría de los 13 productos relevados, en concreto: es más cara en el 85% de los casos con respecto a Brasil (en 11 de los 13 productos); en el 69% de los casos con respecto a Paraguay (9 productos); en el 77% de los casos con respecto a Uruguay (10 productos); y en el 62% de los casos con respecto a Estados Unidos (8 productos).

Sin embargo, salvo excepciones, no se observan grandes brechas entre los precios que se pagan en Argentina con relación al promedio de los otros cuatro países: los fertilizantes resultan entre 3,3% promedio más caros en Argentina; herbicidas un 7,8%; fungicidas un 1,4% y los combustibles (gasoil grado 2) un 11% más caros.

Las excepciones que se encontraron fueron: transporte de cargas (flete granario por camión de 400 kilómetros), donde Argentina resulta un 23% en promedio más cara que el resto de los países, con una tarifa de u$s 35,7 por tonelada kilometro (un nivel muy similar, levemente inferior al de Uruguay u$s 37,1 tonelada kilometro); y maquinaria agrícola, particularmente en tractores, donde Argentina se ubica 27% más cara que el promedio de los otros países, y en menor medida en cosechadoras, donde la brecha no llega al 10%.

Distorsiones

“Argentina exhibe precios un poco más altos en dólares para la mayoría de los insumos relevados, incluso tratándose de bienes comercializables internacionalmente”, señalaron Artusso y Lucero. Para ellos, esto revela la existencia de distorsiones que encarecen la producción agropecuaria. Entre ellas mencionaron “ los resabios de las restricciones cambiarias, cargas impositivas acumulativas, regulaciones laborales muy rígidas, elevados costos logísticos internos, menor escala operativa y un contexto de mayor incertidumbre y volatilidad”.

Para los investigadores del Ieral, los desafíos de mediano plazo en términos de competitividad se trasladan al terreno microeconómico. Allí, el foco debe estar en “mejorar el funcionamiento de los mercados de bienes y factores, reduciendo las distorsiones generadas por una trama de regulaciones, impuestos y regímenes laborales centralizados”. Ese esquema, aseguran, “debe dar paso a otro, que otorgue mayor libertad a los agentes privados para adaptar sus decisiones y organizar sus actividades productivas, de cualquier tamaño, en cualquier sector y región del país, en función de los recursos disponibles y las demandas locales e internacionales”.

Retenciones

A su juicio, los costos de insumos y equipos agropecuarios locales están exacerbados por impuestos sobre ventas como Ingresos Brutos o tasas municipales sobre facturación de empresas, que otros países no aplican, y que al no reconocer como crédito el impuesto que las empresas pagan en sus compras, van generando el pago de impuesto sobre impuesto, y un sobrecosto que se traslada a los precios de los bienes a medida que estos recorren la cadena de valor. Avanzar en la sustitución de este tipo de tributación por impuestos más neutrales (caso del IVA) y en reformas en las otras áreas antes mencionadas, puede ser muy importante para acortar brechas de precios con los países con los que compite la producción local.

“Dicho esto, no debe perderse de vista que el principal problema de la competitividad del sector agropecuario se encuentra por el lado de los ingresos y no de los costos, debido a que en Argentina los productores enfrentan derechos de exportación que reducen de forma directa el precio efectivo que reciben por sus productos, lo que tampoco ocurre en los demás países analizados”, enfatizaron.

Y subrayaron que el agro argentino compite en el mercado internacional con una ecuación que está desequilibrada: insumos más caros y precios de venta más bajos.

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