Los agronegocios hacen foco en los vaivenes del clima en diversas latitudes y en las decisiones que están tomando los fondos especulativos. En su informe semanal, Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, señaló que “con la cosecha de maíz y soja avanzando, se habla poco de la presión de demanda y el nivel de los rindes, y mucho de las demoras logísticas y el retraso que podría causar el huracán Helene”. Cómo evolucionan los precios.
Romano indicó que “también se pone foco en las pocas lluvias en Brasil, y la demanda más activa. Pero todos los factores alcistas son poco relevantes al momento”. ¿Qué es lo que está pasando? “La posición vendida de fondos especulativos que, si bien en maíz se estabilizó, en soja sigue neutralizándose. Los fondos toman ganancias y empujan al alza los precios”, responde el especialista en granos.
En el caso del trigo, en el mercado internacional, comienza a verse con preocupación el clima para la siembra de trigo de invierno, cuando todavía hay cierta presión del ciclo viejo. Localmente, las lluvias siguen sin llegar y en el centro y oeste los daños empiezan a concretarse. Las lluvias recién aparecerían, en algunas zonas, la semana que viene, lo que evitaría un ajuste de precios negativo.
Las proyecciones de siembra
En tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires realizó en lanzamiento de la campaña gruesa. En área se nota cierto consenso: 1,3 millones de hectáreas menos de maíz (-20%) y en soja 1,7 millones de hectárea adicionales (+10%). Para Romano “lo que llama la atención es que la producción de maíz se proyecte con una caída de sólo 47 millones de toneladas y la de soja subiendo a sólo 52 millones de toneladas”. Otro punto interesante es que “en ambos casos se apunta a una caída de tecnología (menores rindes potenciales)”.
En tanto, la siembra de maíz sigue lenta, a la espera de lluvias que no se concretan. En el disponible, “los compradores intentan que los productores fijen precio de maíz para embarcar el cereal con el negocio cerrado, lo que los lleva a sostener valores importantes, mientras que en soja la oferta aparece más ligada con el diferencial a cosecha nueva que por el precio en sí”. Se sigue percibiendo, tanto en soja como en maíz, venta y recompra de la posición nueva. “Esto traslada firmeza a la soja mayo 25 y al maíz abril 25 y julio 25, que ayuda a que se disparen las ventas”, concluyó Romano.