En maíces tardíos se registraron marcados avances en el desarrollo de síntomas de tizón foliar común del maíz. En soja, durante las últimas semanas, se evidenciaron también importantes casos de tizón de la hoja.
Durante febrero en la región centro norte de Córdoba se registraron condiciones de estrés térmico, que en muchos casos coincidió con estrés hídrico. Por lo que el estado general de los cultivos se vio marcadamente afectado por estos factores abióticos estresantes. Así lo remarcó un reciente informe de situación fitosanitaria que elaboró la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Católica de Córdoba.
En este contexto agroclimático, remarcaron la aparición de algunas enfermedades que, si bien no han generado alertas considerables, son de necesario monitoreo para tener en cuenta sus progresos.
En maíz, las preocupaciones giran en torno a Physoderma, ya que se han observado manchas de color café en maíz. “Si bien es un patógeno considerado menor, del cual no hay registros de pérdidas de rendimiento ocasionadas por el mismo, encontramos zonas de lotes con afecciones que llevaron a necrosar partes de plantas”, destacaron desde la UCCOR.
Por el contrario, donde solicitan prestar mayor atención, es a los síntomas de tizón foliar común del maíz, principalmente en maíces tardíos (del 15 de diciembre en adelante), donde se ha observado un importante avance. “Se han observado síntomas de tizón foliar común del maíz causado por Exserohilum turcicum, subiendo desde el tercio inferior al tercio medio del cultivo”, precisaron desde la Facultad.
También resalta el reporte de la casa de altos estudios que “en las últimas dos semanas se comenzaron a registrar hojas del tercio superior con síntomas típicos del tizón de la hoja, causado por Cercospora kikuchii”, motivo por el cual subrayan la necesidad de estar atentos ante posibles avances que compliquen la evolución del cultivo.